lunes, 22 de octubre de 2012

LA OLLA A PRESIÓN


LA OLLA A PRESIÓN

En la mayoría de las casas hay una, nos ayuda a cocinar de una manera más rápida y eficiente. Forma parte de nuestra vida, mi madre ya tenía una en casa, pero ¿ desde cuando está entre nosotros?

En 1679, el físico y matemático Denis Papin inventó una olla a vapor, a la que llamó digesteur, en la que el agua hervía a una temperatura más alta de lo normal, de manera que la carne y otros alimentos podían cocerse en menos tiempo que en las ollas convencionales usadas en aquellos tiempos. No tuvo mucho éxito ya que no eran muy seguras.

OLLA BELLVIS

En 1919 un Zaragozano Jose Alix Martinez , presenta y patenta la primera olla express, muy parecida a las de hoy en día, portátil y pequeña, para usar en casa. En España empieza a comercializarse como olla Bellvis
En Francia, en 1948, cuando M. Devedjian fabricó un modelo de cocción rápida al que llamó cocotte minute. En 1952 George Laverne perfeccionó el invento con un nuevo modelo de ollas de gran capacidad (300 litros) que llevaban un sistema de cierre especial. Este modelo tuvo un gran éxito y fue adquirido por el ejército francés.
SEB- MAGEFESA AÑOS 60

Al año siguiente, en 1953, sale a la luz la supercocotte SEB fabricada por los hermanos Lescure. En 1954 la patente SE se comercializa en España con el nombre de SEB-MAGEFESA y las ollas se fabrican en un taller de ferretería ubicado en Algorta.
SEB MAGEFESA AÑOS 50
A partir de 1978 las ollas a presión se hacen cada vez más completas y rápidas

CAFE DELS ARTISTES LLEIDA



Una de esas tardes en la que quedamos con Pilar, para airearnos mientras tomamos un refrigerio, nos pusimos a recordar las veces que la hemos liado a la hora de hacer un plato, ya sea por no saber como se utiliza una nueva cazuela, fiarnos de una receta aunque nos parezca rara por venir en las instrucciones, o por mero despiste.




En los años sesenta recién casada, vivía en Torreserona en una casa en que eran tres vecinos, a unos metros de su casa estaba la tienda de toda la vida. Un día de verano con la olla a presión recién comprada, novata en la cocina , decidió estrenarla con un estofado de ternera. Las recetas de la olla parecían fáciles e interesantes. La receta ponía que se tenía que poner un litro de vino tinto, le pareció que era mucha cantidad, pero si lo pone en el recetario lo habrán probado en la fábrica con la olla no!
De la olla empezó a salir un olor a vino tinto cada vez más fuerte, el olor empezó a salir por las ventanas abiertas, la escalera y la calle olía a tintorro.

Cuando bajo a comprar a la tienda, las vecinas y vecinos se quejaban del olor  tan fuerte y nadie sabía de dónde podía salir.
Pase una vergüenza Montse, mientras les oía hablar, no me atreví decir nada. Como era de esperar el estofado quedo incomible.
Desde entonces cuando leo una receta, la miro bien y si veo algo raro me fio de mi instinto.


Las dos estamos de acuerdo en que equivocarse ayuda a que aprendas y cojas experiencia. Además con el tiempo cuando lo recuerdas te ries de los despistes tontos que podemos tener.

conlaneveravacia@gmail.com






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