LA OLLA A PRESIÓN
En la mayoría
de las casas hay una, nos ayuda a cocinar de una manera más rápida y eficiente.
Forma parte de nuestra vida, mi madre ya tenía una en casa, pero ¿ desde cuando
está entre nosotros?
En
1679, el físico y matemático Denis Papin inventó una olla a vapor, a la que
llamó digesteur, en la que el agua hervía a una temperatura más alta de lo
normal, de manera que la carne y otros alimentos podían cocerse en menos tiempo
que en las ollas convencionales usadas en aquellos tiempos. No tuvo mucho éxito
ya que no eran muy seguras.
OLLA BELLVIS |
En 1919 un Zaragozano Jose Alix
Martinez , presenta y patenta la primera olla express, muy parecida a las de
hoy en día, portátil y pequeña, para usar en casa. En España empieza a
comercializarse como olla Bellvis
En Francia, en 1948, cuando M.
Devedjian fabricó un modelo de cocción rápida al que llamó cocotte minute.
En 1952 George Laverne perfeccionó el invento con un nuevo modelo de ollas de
gran capacidad (300 litros) que llevaban un sistema de cierre especial. Este
modelo tuvo un gran éxito y fue adquirido por el ejército francés.
SEB- MAGEFESA AÑOS 60 |
Al año siguiente, en 1953, sale a la
luz la supercocotte SEB fabricada por los hermanos Lescure. En
1954 la patente SE se comercializa en España con el nombre de SEB-MAGEFESA y
las ollas se fabrican en un taller de ferretería ubicado en Algorta.
SEB MAGEFESA AÑOS 50
A partir de 1978 las ollas a presión
se hacen cada vez más completas y rápidas
CAFE DELS ARTISTES LLEIDA |
Una de esas
tardes en la que quedamos con Pilar, para airearnos mientras tomamos un
refrigerio, nos pusimos a recordar las veces que la hemos liado a la hora de
hacer un plato, ya sea por no saber como se utiliza una nueva cazuela, fiarnos
de una receta aunque nos parezca rara por venir en las instrucciones, o por
mero despiste.
En los años
sesenta recién casada, vivía en Torreserona en una casa en que eran tres
vecinos, a unos metros de su casa estaba la tienda de toda la vida. Un día de
verano con la olla a presión recién comprada, novata en la cocina , decidió estrenarla
con un estofado de ternera. Las recetas de la olla parecían fáciles e
interesantes. La receta ponía que se tenía que poner un litro de vino tinto, le
pareció que era mucha cantidad, pero si lo pone en el recetario lo habrán
probado en la fábrica con la olla no!
De la olla empezó
a salir un olor a vino tinto cada vez más fuerte, el olor empezó a salir por
las ventanas abiertas, la escalera y la calle olía a tintorro.
Cuando bajo
a comprar a la tienda, las vecinas y vecinos se quejaban del olor tan fuerte y nadie sabía de dónde podía
salir.
Pase una vergüenza
Montse, mientras les oía hablar, no me atreví decir nada. Como era de esperar
el estofado quedo incomible.
Desde
entonces cuando leo una receta, la miro bien y si veo algo raro me fio de mi
instinto.
Las dos
estamos de acuerdo en que equivocarse ayuda a que aprendas y cojas experiencia.
Además con el tiempo cuando lo recuerdas te ries de los despistes tontos que
podemos tener.
conlaneveravacia@gmail.com
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