LA TRANSFORMACIÓN DE OLIVAS A
CEREZAS.
Pilar aliña
las olivas negras de Aragón, esas arrugaditas de manera espectacular, están buenísimas,
te las comerías todas. El invierno pasado nos regalo tres o cuatro botes y
duraron un respiro. Mi marido se quedo enamorado de las olivas.
Pilar como
sabe que me gusta la repostería más de una vez me regala algún bote de fresas
en almíbar, chocolate, el otro día me regalo un bote de cerezas confitadas, en
vez de guardarlas en el obrador las guarde en la nevera de la cocina. Por regla
general estos productos los guardo en el obrador, que es donde hago el pan y
otras variedades reposteras. Además si no están en la nevera de la cocina, no
caigo en la tentación y me lo como.
Lo
reconozco, en casa nos gusta comer, dulce, salado, además no nos hace nada
probar cosas nuevas. La comida es un placer y más compartida con buena compañía.
El otro día
mi marido vio el bote, y pensó mira olivas negras de Pilar irán bien para la
ensalada, he de reconocer que como cuando haces conservas reutilizas los botes,
y se veían unas cosas redondas, casi negras ( y no le comente que tuviera las
cerezas ). Abre el bote, coge una, pensó que raro sin hueso y esta muy blanda,
la probó y se dio cuenta de que era una cereza. Cuando llegue ya me dijo que
había unas olivas muy raras en la nevera.
Ahora nos
reímos con las olivas raras de Pilar, lo bueno de saber reírse de uno mismo es que té los puedes tomar con buen humor y
hacer sonreír a las personas que te rodean.
Este pequeño
despiste nos hace sonreír cuando lo comentamos con Pilar y Julio.
conlaneveravacia@gmail.com
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