LA COCA DE SANT JOAN
LA COCA 2013 |
Joan Amades nos enseña un
poco de historia y costumbres sobre la Coca de Sant Joan.
COSTUMARIA CATALA |
Está noche es tradicional
comer coca, posiblemente como un vestigio de algún rito solar. Antiguamente las
cocas eran circulares y con un agujero en medio, para recordar el disco solar.
Se hacían en casa, como otros tantos productos de pastelería casera.
Después las hicieron los
panaderos con pasta aliñada o con pasta de pan, más cocida, azucarada y con piñones. Con la apertura y
establecimiento de las pastelerías las cocas van mejorando en calidad y se adornan
y endulzan con cerezas, cidra y otras frutas confitadas.
Era obligatorio comerse la
coca al raso, en el campo o en la calle, o sea en plena calle, similar a lo que
es propio de esta noche. Creían que si se comía la coca bajo techo llevaba desventura
y mala suerte. Era costumbre remojarla con vino dulce y las personas de paladar
fuerte con aguardiente. Antes a los que les gustaba la bebida fuerte bebían
gorga un tipo de aguardiente poco refinado, pero muy fuerte.
COSTUMARI CATALA |
Cuando la ciudad estaba amurallada
y salir a pasar la noche fuera del recinto resultaba enojoso, era corriente
celebrar la verbena entre el vecindario. Era costumbre comerse la coca en
comunidad. Cada vecino ponía un tanto fijado por persona. Se hacían cocas de
vecinos que alcanzaban una gran longitud. Había hornos especializados a hacer
cocas de longitudes enormes con la amplitud de los hornos.
Se habían hecho
cocas de doce metros de largo, o sea una medida que doblaba el tamaño del
horno. Se cocían en dos veces una por cada lado. Constituían una verdadera técnica
panadera y pastelera. Exigía mucho ingenio moverlas y darles la vuelta dentro
del espacio reducido de los amasadores y de los hornos. Para que la coca no se
partiera por el medio, mientras una parte se cocía la que estaba fuera del
horno se tenía que sostener con unas maderas a modo de andamios. Había
panaderos muy hábiles para realizar esta maniobra que gozaban de mucho crédito para
hacer estas cocas gigantes.
Cada calle nombraba una comisión
numerosa para ir a buscar la coca. Se distribuía por parejas y la llevaban entre
todos encima de la espalda
Era motivo de competencia entre los vecinos y
calles inmediatas. Era costumbre que el grupo de portadores de la coca,
seguidos de una estela de vecinos y sobretodo chiquillos antes de ir
directamente a su calle hicieran una pasada por las calles más inmediatas para
lucir la coca. Los portadores iban con mucho cuidado para que no se rompiera ni
se estropeara durante el transporte. No se podían comer la coma antes de
medianoche. La cortaba y la repartía el vecino más viejo, con preferencia que
se dijera Juan o el de más categoría. La costumbre de comerse la coca en común puede
constituir un resto de una comida, consagración o ritual, derivada de una de
las ceremonias del solistício.
En las poblaciones donde
había cofradías de San Juan, estas se ocupaban de la elaboración de las cocas,
generalmente endulzadas con frutas confitadas y las vendían o encantaban en
provecho de la cofradía.
En el siglo XIX se hacían las
cocas de pasta de pan completamente planas y en forma de cordero, en referencia
al cordero que la iconógrafía presenta como compañero inseparable de San Juan
ENSAIMADA Y COCA ENROLLADA MALLORCA |
En Mallorca las familias
hacían tortas planas pequeñas, de forma circular agujereadas del medio, que
recordaban el disco solar según la visión popular de Febo, igualmente como la
recuerdan todas las formas de pan redondas y agujereadas. La cantinela
mallorquina propia de picar la palma de la mano de los niños nos habla de estas
tortas:
Una coquita, con azúcar y
aceitito,y en medio un agujerito, comela por la naricita
También era tradicional hacer
tortas enrolladas o ensaimadas.
COLLBATO |
A la Alguer, en vez de coca
hacen unos muñecos de pasta dulce, los cuales reciben los nombres de canallerus
y de munyicots, que venden en paradas establecidas por los alrededores de la
iglesia de San Juan, situada cerca de la marina, a las afueras de la población.
Se las suele comer al salir de la fiesta religiosa, y en especial los niños.
En Collbató y por otros
lugares del Montserrat daban un pedacito de torta a las aves de corral para san
Juan la guardara del zorro y del gavilán. La torta tiene sentido sacramental,
como lo tienen los otros pasteles tradicionales creados con harina y propios de
determinadas fiestas
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